Blog de los alumnos del Grado de Geografía y ordenación del territorio en el que se hace un seguimiento de la asignatura Historia I impartida por el profesor David Alonso García
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lunes, 28 de noviembre de 2011
BARCELONA Y SU POBLACIÓN EN LA EDAD MODERNA.
Es difícil hacerse una idea concreta del crecimiento demográfico en Barcelona en el siglo XVI porque aunque los censos muestran un crecimiento prácticamente nulo, no se recogen datos importantes para determinar el crecimiento de una ciudad. Por ejemplo no se recoge la construcción de molinos para triturar el trigo. Por otro lado, los censos miden la población por el número de hogares construidos, pero hay que tener en cuenta que en la época mucha gente vivía en las tiendas o talleres y eso no se recoge.
Barcelona aumenta su población, gracias a la llegada de inmigración francesa.
Francia sufre un exceso de población que Barcelona, y Cataluña en general puede absorber ya que ofrece espacio y posibilidades económicas.
Recibe población sobre todo de la parte del Pirineo.
Son en mayoría recién llegados de entre 11 y 30 años, lo que supone mano de obra en plenas facultades productivas para la ciudad.
La población que llega se dedica sobre todo la construcción y al sector textil esto hace que zonas de Barcelona se conviertan en ejes de comercio y por lo tanto crezcan de forma notable en cuanto a población.
La llegada en masa de franceses crea desconfianza en la población barcelonesa, hasta tal punto que en el Consell de Cent se recogen medidas proteccionistas para la población con el objetivo de que no tengan un peso importante ni adquieran poder. Una de estas medidas es que no puedan acceder a cargos altos.
El incremento demográfico de la época se acaba viendo con el crecimiento de zonas concretas como el barrio de la Ribera o el quartier de Mar, que durante el siglo pasa de tener unos 390 habitantes a tener 520.
En este siglo hay un aumento significativo de la población en la Ciudad Condal en dos zonas concretas acompañado de la construcción de dos mercados principales, una es la antigua zona del Mercadal y la otra es la zona portuaria.
En el paso del siglo XVI a XVII, Barcelona era una ciudad relativamente pequeña, teniendo en cuenta que era una zona comercial importante en el Mediterráneo, cuenta con menos de 35.000 habitantes.
Una de la causas de que no haya un crecimiento demográfico relevante es la elevada tasa de mortalidad infantil, que en esta época se sitúa en el 45% y la epidemias como la peste de 1589.
SIGLO XVII
Durante el siglo XVII Barcelona sufre un estancamiento demográfico debido a los constantes conflictos y crisis que sufre como la depresión que surge en el comercio textil mediterráneo.
Por otro lado el rey pide a Cataluña y por lo tanto a Barcelona que participe deforma notable en la contienda con Francia, lo que supone que la población emigre de forma forzosa para formar parte de las tropas españolas (se calcula que Cataluña aportó unos 12.000 hombres).Barcelona sufre también la revuelta de los “Segadors” que entran en el año 1640 y uno de los sucesos relevantes fue el “Corpus de sangre” (7 de Junio).
La “Batalla de Monjuit” en 1641, la revuelta campesina de los “Barretina” de 1687 también deja mermada a la población barcelonesa. Además, a lo largo del siglo Barcelona sufre varias crisis como las plagas en las cosechas que hacen que el alimento disminuya y deje de ser accesible a gran parte de la población.
Por ultimo, otro hecho catastrófico para la evolución demográfica fue el bombardeo que sufre Barcelona en 1694.
SIGLO XVIII.
En este siglo tras superar anteriores crisis, se da en Barcelona un gran impulso económico gracias a su comercio, sobretodo el textil. Debido a este progreso Barcelona pasó de tener 30.000 habitantes en 1718 a contar con 70.000 en 1759. Esto es debido en gran parte al aumento de la esperanza de vida y la disminución de la mortalidad infantil, unido a que el índice de fecundidad sigue siendo alto.
Este crecimiento demográfico se aprecia claramente con el surgimiento a principios de siglo de siglos de nuevos barrios como La Barceloneta, Las Ramblas, o el Raval.
A finales de siglo recibe una importante llegada de franceses que ven en Barcelona el lugar idóneo para exiliarse en su huida de la Rev. Francesa.
EVOLUCIÓN DEMOGÁFICA DE BARCELONA EN LA EDAD MODERNA
Durante la Edad Moderna, Barcelona sufrió una serie de altibajos en la población.
Siglo XVI:
La demografía del siglo XVI tiene diversas estructuras estables formadas por diversas fases como la de expansión hasta finales del siglo XVI, y de recesión que se produjo entre 1570 y 1680. Este tipo de demografía consiste en altas tasas de natalidad, y altas tasas de mortalidad, con una esperanza de vida baja, de cuarenta años. Aunque con un altísimo índice de mortalidad infantil.
La ciudad de Barcelona va adquiriendo cada vez mayor peso, en 1571 era el Mediterráneo la zona más avanzada y predominante en Europa, debido a los numerosos movimientos migratorios, las razones eran sobre todo laborales por ser uno de los puertos más importantes del Mediterráneo, pero también por motivos familiares. Por estos orígenes se crearon vínculos entre diferentes países intercambiándose entre ellos dinero, productos, cultura, etc.
Gracias a las migraciones la ciudad de Barcelona aumento bastante de población durante el siglo XVI. Pero en este siglo aparecen también las expulsiones de carácter forzoso sobre los moriscos y los judíos.
Tampoco se puede dejar de nombrar las migraciones, aunque escasas entre las zonas rurales a la ciudad.
Siglo XVII:
Durante el siglo XVII, la población de la ciudad de Barcelona descendió considerablemente debido a las enfermedades contagiosas epidémicas, y las diversas guerras que desolaron la ciudad de manera importante. En este periodo hubo cincuenta y seis avisos de Peste en la ciudad entre 1500 y 1700 de los que tan sólo catorce a lo largo del siglo XVI y dos en el XVII impactaron de forma directa entre los habitantes de Barcelona.
La dura violencia con al que golpeo la Peste en Cataluña y en concreto en Barcelona además de los once años de guerra civil y las graves penurias alimenticias vividas en este período y que incidieron de forma negativa en la desarticulación del sistema productivo y comercial en el año 1650 además influida con la sequía prolongada en su primera mitad de siglo supuso dar al traste con la cosecha de cereales.
No resulta fácil la estimación cuantitativa del número de víctimas que la peste ocasionó en Barcelona durante los primeros meses de 1651. A nivel general fue la mayor catástrofe demográfica que se abatió sobre España en los tiempos moderno. La recuperación fue lenta y costosa porque las pérdidas de población fueron imposibles de calcular, se habla de que la pérdida es de una quinta parte de toda la población de Cataluña en general y Barcelona en particular, se habla de una población de 475.000 habitantes, el número de víctimas se elevaría a una banda situada entre los 58.000 y 66.000 personas.
Aparte de la Peste se produjo la guerra de los Segadores (1640-1652) en un primer intento de Castilla de someter a Cataluña, en que Barcelona fue finalmente tomada, pero logrando conservar su autonomía, aunque representó el desmembramiento de Cataluña pasando la parte norte a dominio francés que perdura hasta nuestros días.
Siglo XVIII:
Durante esta época, la población de la ciudad de Barcelona aumenta considerablemente debido a los inicios de la industrialización, en mayor escala en relación con otros puntos del país. Las manufacturas, principalmente textiles, experimentan un despegue, beneficiadas por la entrada de capital privado y el apoyo ocasional de la hacienda, siendo las fábricas de algodón de Cataluña una de las mayores y más importantes novedades del siglo XVIII. Estas fábricas, efectos económicos aparte, crearon un sector empresarial con progresiva conciencia de clase y ligado en exclusiva al mundo industrial, permitiendo además forjar un incipiente proletariado industrial concentrado en Barcelona. El censo de Floridablanca nos informa de que Barcelona albergaba a 5.500 artesanos, de un total de 125.000 habitantes. Importancia decisiva tiene también el arreglo de su puerto, así como los esfuerzos por constituir una banca estable en el último cuarto del siglo XVIII, que acabaron fracasando (Banco de Vitalicios, Banco de Fondos Perdidos, Banco de Cambios). Con todo, y pese a padecer los indeseables efectos de la guerra de Sucesion, en la que Barcelona se manifiesta en apoyo del pretendiente Carlos y en contra de Felipe Danjou, lo que le acarreará negativas consecuencias debido a los conflictos sociales, el saldo del siglo XVIII para Barcelona es más que positivo.
A partir de 1725 Barcelona empezó a recuperarse y de los 37.000 habitantes tras la conquista española de 1714, en 1791 ya contaba con 125.000. Con el aumento demográfico, floreció el comercio y la industria (en 1805 la industria textil de la ciudad contaba con 10.000 trabajadores), empezándose a conformar la ciudad moderna: construcción de la Barceloneta, urbanización de las Ramblas, creación de las academias de las Buenas Letras y la de Ciencias y Artes, construcción de los palacios de la Virreina y Moja, restablecimiento de la Universidad, etc.
Revolución industrial. De 115.000 habitantes en 1802 pasó a 250.000 en 1877, desarrollándose la industria algodonera, lanera y la metalurgia, multiplicándose las entidades de crédito.
http://www.astrogea.org/asteroides/barna/la_historia.htm
http://dialnet.unirioja.es/servlet/dcfichero_articulo?codigo=103939&orden=0
http://www.artehistoria.jcyl.es/histesp/contextos/6882.htm
sábado, 26 de noviembre de 2011
LA POLÍTICA EDUCATIVA ILUSTRADA DE CARLOS III
Convencidos de que el comportamiento de los pueblos dependía de la educación recibida, los ilustrados españoles comprendieron que la mejora de la educación era un paso previo a cualquier reforma política y confiaron al Estado la mejora de la instrucción que debería fundamentarse en el pensamiento científico y en el desarrollo de la investigación.
Al atraso español, los ilustrados contraponían el progreso europeo. Sin embargo, la voluntad reformadora del gobierno de Carlos III se estrelló contra el conservadurismo de las clases dominantes y de la iglesia, decididas a impedir cualquier cambio. Con todo, el deseo ilustrado de convertir la enseñanza en un factor determinante para la integración de la población, preparaba el camino del liberalismo de épocas siguientes.En este periodo se fundaron nuevas instituciones educativas, como los Reales Estudios de San Isidro, la reforma del Seminario de Nobles o los planes de reforma universitaria, cuyo objetivo es abolir los viejos privilegios de los colegios mayores. La enseñanza profesional se desarrolló ligada a instituciones económicas, como las Juntas de Comercio o los Consulados, con el fin de promover la formación en conocimientos técnicos como la náutica, el comercio, la química, etc.
Todos estos esfuerzos de renovación cultural encontraron como vías de difusión y desarrollo nuevas instituciones. Por un lado, Las Reales Academias ofrecían el apoyo de la monarquía al más alto nivel (lengua, bellas arte…);Pero son las Reales Sociedades de Amigos del País las instituciones más extendidas. Uno de los documentos de relevancia e influencia para estas sociedades es el texto de Campomanes “Discurso sobre el fomento de la industria popular” (1774). En España llegaron a constituirse cerca de cien sociedades.
La novedad más importante fue la aparición del periodismo como medio de difusión masivo de las nuevas ideas: El Mercurio, El pensador, El Diario Pinciano, El Seminario Histórico Erudito, Diario de Madrid, Diario de Barcelona, etc. Su temática abarcaba desde la información de adelantos técnicos o noticias del extranjero, hasta reflexiones político-económicas o nuevos métodos de explotación del campo.
LA POLÍTICA BORBÓNICA EN AMÉRICA
En el siglo XVIII los Borbones introdujeron en sus territorios americanos, que abarcaban desde el sur de EEUU y las Antillas hasta la Patagonia, un conjunto de reformas encaminadas a racionalizar el sistema administrativo y mejorar la organización económica, con la intención de facilitar el control político y económico, perdido en buena medida durante la centuria anterior.
Las reformas políticas se iniciaron con la reorganización de los virreinatos. Junto al de Nueva España (México) que se mantuvo intacto, se dividió el gigantesco virreinato del Perú, con capital en Lima, además de incluir otros organismos como las Capitanías de Chile y Venezuela. Para poner orden en la gestión de los virreyes y corregidores, se dividieron los virreinatos en intendencias, unidades territoriales más pequeñas, en las que los intendentes tenían amplias atribuciones fiscales, económicas y militares.
En el siglo XVIII continuó el dominio y la exploración de los territorios americanos. Hacia el norte, se fundaron misiones franciscanas en California y Nuevo México, y se colonizaron territorios en Arizona, Colorado y Texas con emigrantes canarios. En el virreinato del Planta se fundó Montevideo y la colonia de Sacramento, y los jesuitas se adentraron, con su labor misionera, en zonas de Paraguay prácticamente desconocidas hasta entonces.
Con una población en torno a los 15.000.000 de habitantes, la sociedad americana era un conglomerado étnico jerarquizado. Destacaba la burguesía criolla que, se dedicaba fundamentalmente al comercio y la agricultura, disfrutaba de educación y prestigio, aunque se encontraba apartada de los altos cargos administrativos, desempeñados por funcionarios españoles nombrados al efecto por la Corona.
La economía se regía por el Pacto Colonial: las colonias eran proveedoras de metales preciosos y productos de plantación (azúcar, cacao, algodón, tabaco, tintes…) y compraban las manufacturas y los productos que le enviaba a España (tejidos, aceite, vino). Durante el siglo XVIII se intensificaron las plantaciones trabajadas por población esclava de origen africano, y continuó la exploración de minas de plata, básicas para aliviar la Hacienda pública y acuñar monedas.
La preocupación de los monarcas por reactivar la economía se centró en la revitalización del comercio. Muy importante fue el progreso de la marina para asegurar las flotas frente a la competencia británica y los ataques piratas. Este hecho, frente a las medidas liberalizadoras del comercio, contribuyó a un gran auge mercantil. Sin embargo, las guerras de fin de siglo permitieron que británicos y norteamericanos invadieran el comercio americano, cuyo control no volvió a recuperar España. Por otra parte, el control sobre la economía y el comercio y las fuertes cargas impositivas exigidas por la Corona perjudicaban a los criollos y explican su progresivo sentimiento de emancipación.
viernes, 25 de noviembre de 2011
jueves, 24 de noviembre de 2011
LAS REFORMAS LIBERALES DE CARLOS III Y SU REPERCUSIÓN EN EN EL COMERCIO
Carlos III, rey de Nápoles, sucedió a Fernando VI, accediendo a la corona de España en 1759 tras abandonar su residencia de Caserta en Nápoles. Venia acompañado por su sequito de ministros napolitanos, decididos a aplicar las formulas económicas y políticas de su país. De la mano de estos gobernantes, España inicia un periodo de treinta años de reformas, guiadas por el espíritu de la ilustración.
El tema que nos ocupa es la libertad comercial española, aspecto en el que también se percibía la llegada de los aires ilustrados. Los economistas, muchos de ellos pertenecientes a distintas “Sociedades Económicas de Amigos del País”, consideraban esencial frenar el déficit de la balanza de pagos y reanimar la demanda interior. Esto solo se podía llevar a cabo estableciendo un mercado nacional que abarcase todo el reino. Para ello, impusieron fuertes gravámenes a las importaciones y liberaron de trabas el movimiento de mercancías en el interior de la península. Este el comienzo de una política de proteccionismo económico en España que se extenderá durante los próximos dos siglos. Para afrontar todos los gastos, el Estado intervino en la economía creando, en 1782, el primer banco nacional de España (aun con todo, no se consiguió aliviar los problemas de la Hacienda Publica).
Otra medida que tuvo gran repercusión, fue la de poner fin, en 1765, al monopolio de Cádiz en los intercambios comerciales con América, concediendo a ocho puertos españoles la autorización para establecer relaciones comerciales con las colonias.
Mas tarde, en 1778 se establece el Decreto de Libre Comercio con América. Esta libertad comercial dio un fuerte impulso a las regiones periféricas, que comenzaron a invertir en la creación de industrias con el fin de satisface la demanda de los virreinatos, los cuales venían comerciando con contrabandistas europeos a causa de la escasa demanda procedente de la península.
Las sociedades americanas criollas, que se habían enriquecido con la exportación de productos como el cacao o el café, reclamaban manufacturas de alta calidad, y estaban dispuestos a acudir a Inglaterra, Francia u Holanda en detrimento de España si esta no era capaz de ponerse al día en su producción y cumplir con sus expectativas.
Los ministros de Carlos III pusieron énfasis en la mejora de la flota española, reforzándola para poder hacer frente a los ataques y consecuentes saqueos producidos por la piratería.
Cabe destacar a Cataluña como la gran beneficiada por los cambios producidos n el sector mercantil, ya que consiguió conquistar el gran mercado interior de Castilla, además de introducir en Américas sus afamadas indianas, que eran telas de algodón estampadas sólo por un lado mediante planchas de cobre o madera, que expedían directamente desde el puerto de Barcelona.
Gracias en gran medida al comercio del Atlántico, los burgueses catalanes logro reunir el suficiente capital para hacer frente con relativo éxito la Revolución Industrial posterior.
miércoles, 23 de noviembre de 2011
Despotismo ilustrado (Decretos de nueva planta)
La crisis bajomedieval
La crisis bajomedieval
² Agotamiento del ciclo expansivo medieval
l Final del siglo XIII, población excesiva para recursos y tecnología disponibles.
l Empiezan cultivar pastos y páramosàMenos ganadoà Menos proteínas y abono
l Rendimientos decrecientesàEscasez de recursosàAumento precio alimentos
² Estancamiento económico y tensiones sociales
l Exceso de poblaciónàCaen los salariosàHambrunas
l Mantenimiento de presión fiscal + Hambrunas à Revueltas campesinas
l Época de guerras (Cien Años, 1338-1453) à Población deja de crecer
² La epidemia de peste negra
l Escasez alimenticia debilita a la población y la hace vulnerable a epidemias
l Peste bubónica (1348) à Población europea cae 30% ( se hace endémica)
² Efectos de la crisis demográfica
l Se invierte relación precio/salario à Cae precio alimento y crecen salarios
l Inicialmente, los señores intenta controlar salarios à Sublevaciones (sofocadas)
l Pero ante la secasez de campesinos, los nobles rivalizan por atraerlos
ü Aumenta salarios y eliminan servicios de trabajo àFin de la servidumbre
l Siglo XV: vuelve a aumentar población y nuevo ciclo de expansión económica
lunes, 21 de noviembre de 2011
Carlos II
Carlos II
Antes de su nacimiento, el rey había consultado a los astrólogos el horóscopo de la criatura y éstos aseguraron con el mayor aplomo que iba a vivir largos años en medio de la mayor felicidad y de prósperos sucesos de sus Estados, toda vez que, al venir al mundo, se daba una situación especial entre los planetas. Saturno se hallaba libre de malignos aspectos, en el signo de Escorpión, en conjugación con Mercurio, de quien se iba separando, y del Sol, a quien se acercaba. Y el niño nació con una serie de taras y malformaciones.
Al morir Felipe IV, Carlos el heredero del trono, se convierte en rey de España, por su menoría de edad. Tuvo una regencia formada por la reina viuda asistida y asesorada por una Junta General de Gobierno sin la cual no se podía tomar ninguna resolución. La reina doña Mariana de Austria no tenía dotes para gobernar pero sí mucha afición y no quiso de ninguna manera dejar el mando a manos de
Murió a los 39 años por no haber dejado herederos, inició la guerra de sucesión Española dando lugar la desaparición de la familia de los Autrias y la llegado de una nueva familia, el de los Borbones ( Felipe V).
domingo, 20 de noviembre de 2011
El Despotismo Ilustrado en Europa y España
LA CRISIS DE 1640
Esta reforma provoca la rebelión de Portugal, Cataluña y Andalucía. En Portugal, los rebeldes proclaman rey al duque de Braganza, con el nombre de Juan IV; la falta de un ejército hizo imposible que la rebelión fuese sofocada y la corona pierde el territorio tras las derrota como las producidas en Villaviciosa o Montes Claros. En Cataluña, las revueltas comenzaron el día del Corpus de 1640, cuando los campesinos asesinan al virrey y proclaman la independencia (esto no sucede en Lérida y Tarragona que se mantienen fieles a Felipe IV). Tras proclamar la independencia, la generalitat asumió el control. Poco después se reconoce a Luis XIV como rey y Cataluña se convierte en territorio francés. En Andalucía una conspiración dirigida por la nobleza pretendía la destitución del conde-duque y proclamar la independencia del territorio, aunque la rebelión fue sofocada sin dificultad por parte de la Corona.
La política exterior del conde-duque provocó enfrentamientos entre España y Francia desde 1635, en el marco de la guerra de los 30 años, que se decantará en contra de España a partir de 1640, coincidiendo con los problemas internos. Aprovechando esta situación, Holanda, que había luchado por su independencia desde el reinado de Felipe II, consigue victorias importantes contra las tropas españolas como la de la Batalla naval de las Dunas (1639).
Esta crisis provoca que finalmente Olivares sea destituido en 1643 al que le sustituye su sobrino Luís Méndez de Haro, lleva a cabo una política de pacificación con la consecuente independencia de Portugal en 1668 tras el tratado de Lisboa, la perdida de Holanda en 1648 con la firma del tratado de la Haya y la firma de la Paz de Westfalia en 1648 que supone el reconocimiento del fin de la hegemonía española en Europa; por el contrario se consigue sofocar la revuelta de Cataluña.
sábado, 19 de noviembre de 2011
LA BATALLA DE MÜHLBERG
La reforma luterana estaba creando una escisión no sólo religiosa, sino también política en el seno del Sacro Imperio Romano Germánico. Los opositores al emperador Carlos V formaron la Liga de Esmalcalda y desafiaron la autoridad imperial. Carlos y su hermano el archiduque Fernando (futuro emperador) se unieron para combatir contra la Liga. Por razones no confesionales, sino estratégicas, contaron con el apoyo del duque protestante Mauricio de Sajonia. Las tropas de los Habsburgo estaban compuestas por 8.000 veteranos de los tercios españoles procedentes del Tercio de Hungría, con 2.800 infantes a las órdenes del maestro de campo Álvaro de Sande; el Tercio Viejo de Lombardía, con 3.000 hombres mandados por Rodrigo de Arce, y el Tercio Viejo de Nápoles, con poco más de 2.000 soldados, dirigido por Alonso Vivas, todos al mando del duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo, 16.000 lansquenetes alemanes, 10.000 italianos comandados por Octavio Farnesio y otros 10.000 belgas y flamencos capitaneados por el conde de Buren, Maximiliano de Egmont. En total, 44.000 soldados de infantería a los que hay que añadir otros 7.000 de caballería. La Liga contaba con una fuerza similar mandada por Juan Federico, el elector de Sajonia, y por Felipe el Magnánimo, el landgrave de Hesse.
Las tropas de la Liga estaban acampadas a orillas del río Elba, en las proximidades de la actual localidad de Mühlberg. Habían destruido los puentes que comunicaban con la otra orilla y se consideraban protegidas por el caudaloso río, cuya barrera les parecía infranqueable. Mas no era así; el ejército imperial averiguó el emplazamiento del enemigo y antes de la madrugada del 24 de abril de 1547, aprovechando la nocturnidad, la audacia de diez arcabuceros españoles al mando del capitán Cristóbal de Mondragón, que cruzaron el río a nado con las espada entre los dientes y apresaron varias barcas, con las que luego pasarían de un lado al otro de las orillas del río a casi mil soldados de la infantería de los tercios, con lo que lograron crear una cabeza de puente segura, que consiguió que, gracias a la eficacia de los pontoneros imperiales, el grueso de las tropas de Carlos I de España pasase y aniquilara al ejército de la Liga de Esmacalda mientras el ejército protestante intentaba huir. Sus jefes, Juan Federico y Felipe I de Hesse fueron apresados.
Como consecuencia la Liga de Esmalcalda quedó disuelta, sus jefes encarcelados en el castillo de Halle, y Carlos V salió triunfante y reforzado en su poder imperial. Sin embargo, esta euforia no fue muy duradera, ya que los príncipes alemanes se aliaron con Enrique II de Francia en el Tratado de Chambord, quien tomó las plazas imperiales de Metz, Toul y Verdún, al tiempo que los turcos ocupaban Trípoli y Mauricio de Sajonia traicionaba la confianza de su Emperador Carlos y le atacaba en Innsbruck, quien pudo escapar por los nevados pasos de los Alpes para salvarse en Italia.
La huida de Innsbruck supone una humillación para el Emperador y además fracasa estrepitosamente al intentar recuperar Metz (1553). La solución definitiva se alcanzará en la Paz de Augsburgo de 1555, por la que cada príncipe podrá determinar la religión de su territorio y la posición del Emperador quedará irremediablemente debilitada en el interior del Imperio.
jueves, 17 de noviembre de 2011
DESPOTISMO ILUSTRADO
Sofocados los motines, Carlos III continuó su obra reformista: abolió algunos privilegios y propugnó la dignificación de los oficios que ponía fin a la consideración de que algunas profesiones no eran honestas y eran incompatibles con los títulos nobiliarios. También reorganizó el sistema educativo para racionalizarlo y hacerlo más técnico y útil, con el objetivo de elevar el nivel cultural, acabar con el atraso del país y formar élites que lo dirigieran eficazmente.
En este cometido topó con el poder de la iglesia, que monopolizaba la enseñanza, y defendía su autonomía frente el poder del Rey. La corona, por su parte, afirmaba sus Regalías, es decir sus prerrogativas frente a la iglesia. En el curso de estos conflictos, los jesuitas, que controlaban los colegios mayores y las universidades, fueron expulsados de España en 1767.
Aunque en el siglo XVIII España siguió siendo económicamente un país atrasado respecto a las transformaciones que se estaban operando en Europa, la acción reformista de los Borbones y una época de relativa paz contribuyeron a un periodo de estabilidad económica, visible especialmente en la periferia peninsular.
Carlos III intentó profundizar las reformas iniciadas por sus predecesores y contó con la ayuda de los mejores políticos ilustrados para incentivar y modernizar la economía y superar el atraso de España. Su política reformista se concretó en un conjunto de disposiciones entre las que cabe destacar:
-Una serie de medidas de carácter liberalizador como la libertad de precios y de circulación de grano (1765), la libertad progresiva del comercio con América, desde el fin del monopolio del puerto de Cádiz en 1765 hasta la libertad total para todos los puertos españoles y americanos decretada en 1778. También, la eliminación del sistema de control gremial que frenaba el progreso industrial y que culminó con la libertad para ejercer cualquier oficio en 1790.
-La continuación de las prácticas proteccionistas de estímulo a la actividad industrial iniciadas por sus antecesores con la creación de las manufacturas reales, cuya gestión directa se abandonó, la aprobación de la reglamentación de las nuevas fábricas de indianas y la imposición de aranceles y tratados comerciales para proteger la producción nacional de la competencia exterior.
Para abordar el problema agrario, el más grave de la economía española, lastrado por el sistema de propiedad y la escasa productividad, la Administración impulsó varios proyectos de reforma agraria que originaron un sinfín de informes y estudios teóricos con escasos resultados prácticos. Ni los políticos ilustrados que tan certeramente habían recogido y planteado los problemas del campo español fueron capaces de aplicar las soluciones ante la resistencia de los privilegiados. Sólo consiguieron introducir tímidas reformas, como la limitación de los privilegios de la Mesta, la repoblación de la Sierra Morena para favorecer la renovación de las explotaciones, o los repartos de tierras de los ayuntamientos entre vecinos pobres.
Se intento también controlar el precio de los arrendamientos y prohibir la expulsión de los arrendatarios, y se produjo la primera desamortización de los bienes del clero.
En la mayor parte de la Península apenas hubo modernización en la agricultura y siguieron predominando el secano y el monocultivo de cereales en régimen de barbecho. Este atraso técnico limitaba la capacidad para abastecer de alimentos a una población creciente, lo que provocaba la subida de los precios y el aumento de las crisis de subsistencia o falta de alimento. Con esta situación sólo era posible aumentar la producción incrementando la superficie cultivada.
No obstante, en las regiones periféricas se introdujeron nuevos cultivos, como el maíz, la patata, y el forraje en la zona atlántica, y cultivos intensivos de regadío, arroz, frutales y viñedos en la zona mediterránea (Valencia, Murcia, Cataluña).
Aunque aún pervivían los talleres artesanales, las medidas que limitaron los privilegios gremiales facilitaron la expansión de nuevas formas productivas y algunas manufacturas tuvieron un cierto desarrollo.
Además, los reyes habían introducido las manufacturas reales que fabricaban productos para la Corte con el fin de evitar la importación de artículos de lujo.
En Cataluña, donde ya existía una industria textil al margen del control gremial, se dieron las manufacturas de algodón estampado, las indianas, que sirvieron de base para las primeras fábricas de tejidos, surgidas gracias a la inversión de capitales precedentes del comercio o de una agricultura de exportación. Con la introducción de los primeros telares mecánicos en 1780, además de un gran crecimiento económico, se inició el proceso de industrialización en España.
Durante buena parte del siglo siguió el monopolio de la Casa de Contratación sobre el comercio colonial que se ejercía desde el puerto de Cádiz. Éste estaba controlado por capitales extranjeros y en su mayoría dedicados a la reexportación de mercancías europeas, dada la poca capacidad productiva de la industria española.
La liberación del comercio propició un auge del tráfico colonial y una prosperidad inusitada en algunas zonas como Cataluña.
Por lo demás, el comercio exterior con Europa se limitó a la exportación de lana castellana, a la que se sumaron productos mediterráneos como el vino, el aguardiente, y los frutos secos, mientras que el comercio interior se limitaba a los tradicionales intercambios locales o comarcales de los excedentes agrarios por productos artesanales.
A lo largo del siglo de inició un periodo de crecimiento demográfico, moderado pero constante, bien conocido gracias a los inventarios o censos de población que recogen un aumento de 7 a 10,5 millones, mucho mayor en la regiones periféricas como Cataluña, Valencia o Cantabria, mas dinámicas, que en las zonas más estancadas del interior.
El crecimiento sostenido se explica porque, a pesar de las elevadas tasas de natalidad (42%) y mortalidad (38%), retrocedió la mortalidad catastrófica, debido al fin de la peste y las grandes epidemias, y las mejoras en la producción de alimentos. Menos segura es la incidencia que pudieron tener las políticas de incentivo a la natalidad llevadas a cabo por los Borbones.
El reformismo borbónico ofrece en conjunto un balance positivo ya que, como has estudiado, mejoró el funcionamiento de la Administración, impulso el desarrollo de la industria y el mercado colonial e intentó reformar la agricultura.
Al mismo tiempo, se favorecía la construcción de canales de riego, como el canal Imperial de Aragón y el canal de Castilla, la mejora de la red de carreteras, pues se empezó a construir una red radial de carreteras con el fin de comunicar Madrid con la periferia. También se sanearon las ciudades, hubo un proceso en la instrucción pública, y se crearon las Sociedades Económicas de Amigos del País, que fomentaron la economía, la industria y el comercio, y difundieron las ideas científicas, fisiocráticas y liberales.
No obstante, las cuestiones más graves quedaron sin resolver: no se modifico el poder de la nobleza, la propiedad de la tierra siguió en manos de la minoría privilegiada y el mercado interior siguió siendo casi inexistente. Incluso la educación y la introducción de las nuevas ideas fueron exclusivas de una minoría.
Y es que el límite del reformismo ilustrado estaba en no atentar contra el poder económico y social de los privilegiados, para no socavar así el orden establecido, ya que el fundamento de la monarquía absoluta asentaba sobre la desigualdad legal de sus súbditos.
miércoles, 16 de noviembre de 2011
LA COLONIZACIÓN DE SIERRA MORENA
Se intentó repartir las tierras entre los campesinos pobres y formar una clase de pequeños propietarios. A cada colono se le proporcionaba un lote que constaba de 50 fanegas de tierra, llamadas Suertes porque se asignaban en un sorteo, varios animales domésticos, aperos de labranza y execiones temporales de pagar tributos y arrendamientos.
El Estado construyó también los edificios públicos de las nuevas poblaciones como la iglesia, la carcel y la escuela.
poblaciones creadas en esta época fueron: La Carolina y Santa Elena en Jaén, La Carlota y Fuente Palmera en Cordoba y la Lusiana en Sevilla.
LA GUERRA DE SUCESION Y EL SISTEMA DE UTRECHT
En 1700 murió sin descendencía directa Carlos II, el último Rey de la casa de Austria. La evidencia de que Carlos II moriría sin descendencia había desencadenado en las principales cortes europeas una ofensiva diplomática para ganarse la débil voluntad del monarca y colocar en el trono a un potencial aliado de sus intereses.
Los dos principales candidatos para ocupar el trono eran Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Borbón, con derechos sucesorios al trono francés y respaldado por la poderosa corte de su abuelo, y el archiduque Carlos de Habsburgo, apoyadopor su padre, el emperador de Austria. El testamento de Carlos II designó como sucesor al candidato frances, que fue coronado en 1701 con el título de Felipe V.
La elección de Felipe de Borbón rompió el principio del equilibrio europeo que regía las relaciones internacionales. Asimismo, subordinó la Corona española a la política francesa, fortaleció el poder de los Borbones en Europa y provocó la lucha por la hegemonía europea y, también, por el control del comercio colonial con américa. Gran Bretaña, Holanda y Portugal formaron la Alianza de la Haya, apoyaron al candidato austriaco y declararon la guerra a España y Francia. De esta forma, la sucesión al trono español pasó de ser un problema interno a un grave conflicto internacional.
En España la cuestión sucesoria tmabién dividió los territorios peninsulares. Aunque al principio se reconocieron los derechos al trono de Felipe V y fue jurado por las cortes de sus reinos, no tardó en despertar los recelos forales de la Corona de Aragón, que acabó respaldando al archiduque Carlos.
La guerra comenzó en 1702 y su desarrollo fue irregular hasta su fin en 1714. El mismo año de su inicio Gran Bretaña ocupó Gibraltar, que desde entonces permanece bajo soberanía británica. Los primeros años del conflicto fueron favorables al bando austríaco, pero en 1707 sufrió una paratosa derrota en Almansa como resultado de la cual sólo Cataluña permaneció bajo control del archiduque Carlos.
En cambio, en el plano europeo, las fuerzas estuvieron muy equilibradas hasta 1711, año en que la guerra dio un giro definitivo cuando el archiduque Carlos fue nombrado emperador de Austria tras la muerte de su hermano Jose I, y la Alianza de la Haya se rompió, Gran Bretaña y Holanda, no les interesaba la unión de España y Austria ante el temor de ayudar a reconstruir el imperio de Carlos I y desequilibar el mapa europeo, dieropn por finalizadas las hostilidades.
La Paz se firmó en el Tratado de Utrecht (1713), en el que se reconocía a Felipe V como Rey de España a cambio de renucnciar a sus derechos sucesorios sobre la corona francesa y la pérdida de la integridad territorial, ya que Gran Bretaña recibía Gibraltar y Menorca. Asimísmo, España perdía las últimas posesiones en Europa que fueron cedidas a Asutria (Flandes, Milán, Nápoles, Cerdeña) y a Saboya (Sicília), dando como resultado una pérdida de su papel predominante en Europa, a la vez que reducía aún más su influencia en el ámbito Mediterráneo.
El nuevo mapa de Europa que se configuró restablecía erl equilibrio político continental, basado en la existencia de dos ejes de poder, situados en Viena y París, lo sufiecientemente igualados como para evitar la hegemonía. Además. Gran Bretaña, verdadera potencia ganadora del conflicto, obtuvo privilegios comerciales con la América española, como la exclusividad de la trata de esclavos y el derecho a enviar un navío anual paea comerciar con las colonias americanas, que sirvieron para romper el monopolio mantenido hasta entonces por la Corona Española. De esta manera, los británicos recibieron, junto a los territorios conseguidos, un impulso para extender su imperio colonial por América, el Mediterráneo y Oriente.
A pesar de la firma de la Paz, la guerra continuó en Barcelona y otras zonas de Cataluña hasta el 11 de septiembre de 1714, cuando las tropas de Felipe V conquistaron Barcelona, que había estado sitiada durante catorce meses. La heroica resistencia catalana se explica por su negativa a aceptar la supresión de los fueros e instituciones, tal y como le había ocurrido a Aragón y Valencia y que se recogieron el los Decretos de Nueva Planta.
sábado, 12 de noviembre de 2011
Pedro Teixeira y el primer plano de la ciudad de Madrid.
Estatua Teixeira en Cantanhede (Portugal) |
Atlas del Rey Planeta |
Noticia de El País sobre el plano de Madrid de Teixeira debido a la publicación de un libro que lo analiza:
http://www.elpais.com/articulo/madrid/350/anos/Google/Earth/elpepuespmad/20070619elpmad_14/Tes
Mapa interactivo de Pedro Teixeira:
http://www.arquimatica.com/MadridXVII/texeira.htm
lunes, 7 de noviembre de 2011
La agonía de una dinastia. Carlos II
Personajes importantes de la Historia:Alfonso X El Sabio
Personajes Importantes de la Historia: Alfonso X El sabio.
domingo, 6 de noviembre de 2011
¡¡¡¡¡por fín¡¡¡¡¡
viernes, 4 de noviembre de 2011
Síntesis sobre la organización política y las instituciones del reino de Castilla y la corona de Aragón.
En esa época alcanzan gran desarrollo las instituciones centrales de gobierno, como el Consejo Real (órgano de asesoramiento del monarca compuesto por nobles obispos y representantes de las órdenes militares), la Audiencia (órgano supremo de justicia) y la Hacienda (tuvo un papel importante en el fortalecimiento de la Corona al aumentar los ingresos fiscales).
Una institución de gran importancia fue la de las Cortes (surge en el siglo XII). Estaba compuesta por representantes de la nobleza, de la iglesia y del tercer estado, es decir, las ciudades y las villas. En las Cortes se botaban los impuestos extraordinarios y podían presentar sus quejas al rey entre otras cosas, pero no tenían peso legislativo.
A nivel más local surgen los Concejos, órganos esenciales de gobierno, integrados desde el siglo XIV por un número fijo de regidores nombrados directamente por el rey y terminaron siendo controlados por las oligarquías locales. Poco a poco se extendió la figura del Corregidor, que era un oficial enviado directamente por el rey a las ciudades pera intervenir en coso de conflicto.
En cuanto a la corona de Aragón, estaba compuesta por una especie de confederación de reinos (Aragón, Valencia, Cataluña y Mallorca), puesto que cada uno de los núcleos que la integraban mantenía sus instituciones. Al frente de la corona estaba el rey, pero debido a la diversidad de territorios que había, se establecieron delegados del monarca en estos. El poder regio aragonés tenia un carácter pactista, es decir, era necesario alcanzar un pacto con los poderos antes de tomar una decisión.
Las Cortes se establecen en el siglo XIII y eran independientes en Cataluña, Aragón, y Valencia, aunque a veces se reunían con carácter general para toda la Corona. Estos eran organismos de control sobre la Corona y defendían los intereses feudales de la nobleza y el clero frente al intento de extender su autoridad.
En Cataluña surge la Generalitat (1359) que supervisaba el cumplimiento de los acuerdos durante el periodo en que no estuvieran reunidas las Cortes. Esta institución se consolida en el siglo XV y se convierte en la practica, en un autentico gobierno catalán.
En Aragón y en valencia se dieron instituciones similares, las llamadas Diputaciones del Reino, aunque la de valencia nunca tuvo competencias políticas importantes.
Una institución de gran importancia en Aragón era el Justicia Mayor, que era un cargo nombrado por las Cortes y asignado a un noble para defender los fueros propios de Aragón (en la práctica defendía los privilegios estamentales frente al rey).
El órgano de gobierno local era el municipio controlado también por las oligarquías locales.
jueves, 3 de noviembre de 2011
La Sociedad de la Edad Media
Los eclesiásticos eran el otro grupo que poseía privilegios. Estos se dividían en clero secular y clero regular. El clero secular es el que depende directamente del Obispo y que vive en parroquias. El clero regular está constituido por los sacerdotes que viven en conventos y que componen las distintas órdenes religiosas, aunque la sociedad los distingue entre alto clero, que generalmente eran personas procedentes de la nobleza y el bajo clero mas ligado al pueblo.
Además la iglesia poseía importantes señoríos en posesión de los obispos y abades que estaban mas interesados por cuestiones mundanas que por sus obligaciones religiosas: los cargos eclesiásticos eran comprados y vendidos, la vida de los clérigos era ostentosa y los bienes materiales cobraban mayor importancia que la espiritualidad.
En el tercer rango de la escala social estaban los campesinos que Alfonso X definió en sus “partidas” como “los que labran la tierra e facen el ella aquellas cosas porque los omes han de bevir e de mantenerse”.
Estos dependen en su mayoría del trabajo en tierras ajenas situadas en los señoríos, aunque también había algunos afortunados que obtenían el beneficio directamente de su cosecha.
De todas formas los campesinos Vivian una situación de penuria constante, debido a la presión que ejercían el resto de estamentos sobre ellos, lo que provoca tensiones que acaban en revueltas como la de los hermandinos en Galicia en la que los campesinos se revelaron frente a los abusos señoriales o la de los payeses de remensa en Cataluña que se rebelaron contra los “malos usos” impuestos por los señores a los que servían.
A los tres estamentos hay que añadir la burguesía, que surge en el siglo XII en las ciudades denominadas Burgos. En la práctica estaban apartados del sistema feudal porque no eran ni señores feudales, ni campesinos, ni eclesiásticos, sino comerciantes.