EL
DESPOTISMO ILUSTRADO EN EUROPA
El despotismo ilustrado fue
una forma de gobierno que tuvieron algunas monarquías europeas durante el siglo
XVIII, fue sucesora del absolutismo e introducida por las ideas de los grandes
pensadores ilustrados como Diderot o Montesquieu.
El objetivo de este movimiento
fue que los súbditos del rey se sintieran con derechos, a pesar de ser éste el
que siguiera teniendo el poder absoluto; se creó un lema “todo para el pueblo
pero sin el pueblo.
En este período los reyes y
sus ministros intentaron realizar una serie de reformas para reactivar el
comercio, la agricultura, limitación de los privilegios de la nobleza y el
clero y la abolición de la servidumbre, lo que creó gran oposición entre las
clases altas. Aunque estas medidas, significaban ciertamente, un avance en
estos gobiernos, los monarcas continuaban siendo de cierta forma absolutistas y
el descontento del pueblo se reflejó en diversas ocasiones por medio de
motines.
Este movimiento no llegó a
prosperar, debido a que todas las reformas se decidían por el poder central sin
que en ellas interviniera la burguesía ilustrada que quería participar en los
asuntos de gobierno; desembocando este fracaso en diferentes procesos
revolucionarios cuyo máximo exponente será la Revolución Francesa, donde se
lograría un gobierno republicano en el que el pueblo sería el que gobernara.
En el siglo XVIII llega a
España la familia de los Borbones reinando Felipe V, Fernando VI, Carlos III y
Carlos IV, todos ellos influenciados en mayor o menor medida por el pensamiento
ilustrado con el fin de devolverle a España su antigua gloria.
Algunas de las mediadas que
tomaron fue dirigir todo su comercio exterior hacia América, pero la principal
propuesta fue la de reformar el Estado y la autoridad monárquica tomando
decisiones importantes como fueron establecer reformas sociales o aumentar las
medidas económicas y administrativas que eran deficientes.
Felipe V abole las
instituciones propias de los reinos y comienza a crear una burocracia
centralizada; también es el precursor del proteccionismo lo que le permite
crear nuevas industrias.
Fernando VI conjuntamente
con su ministro Ensenada eliminan todos los privilegios de inmunidad fiscal,
por lo que la nobleza y el clero deben de comenzar a pagar el tributo que se
había impuesto.
Carlos III realizó una
política exterior activa y también interior donde tomó medidas algo “drásticas”
como la expulsión de los jesuitas y también dio un impulso a la ganadería y a
la industria.
A pesar de todos los cambios
llevados a cabo por los borbones, las estructuras sociales y económicas del
antiguo Régimen las mantuvieron; por lo que los privilegios y las desigualdades
siguieron durante algunos años más.
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