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jueves, 3 de noviembre de 2011

La Sociedad de la Edad Media

La sociedad de la España medieval cristiana la constituían los tres estamentos: la nobleza, eran los que guerreaban, el clero, los que daban el discurso y los campesinos, los que trabajaban. Los primeros eran una minoría privilegiada, que a su vez se dividía en distintos grados. En el grado mas alto estaban los llamados ricos hombres en Castilla o barones en Navarra y Aragón que eran los que controlaban los grandes dominios territoriales por los que percibían grandes rentas y además tenían poder jurisdiccional sobre ellos, estos son los llamados señoríos que se conservaban íntegros gracia sal mayorazgo que establecía que toda la herencia pasaba por completo al primogénito de la familia. El señorío duro hasta el siglo XIX que se suprimió con el Decreto de 1811 de las Cortes de Cádiz. Y en el otro lado estaba la baja nobleza que la formaban hidalgos y caballeros. Estos constituían la base de la nobleza y sólo se diferenciaban por el nivel de fortuna, pues cualquier hidalgo que tuviese un más que mediano pasar automáticamente se hacía llamar caballero, a fin de distinguirse de aquellos que no disponían de recursos suficientes para mantenerse con la dignidad debida y que se veían precisados a trabajar personalmente las pequeñas parcelas de tierra que poseían.

Los eclesiásticos eran el otro grupo que poseía privilegios. Estos se dividían en clero secular y clero regular. El clero secular es el que depende directamente del Obispo y que vive en parroquias. El clero regular está constituido por los sacerdotes que viven en conventos y que
componen las distintas órdenes religiosas, aunque la sociedad los distingue entre alto clero, que generalmente eran personas procedentes de la nobleza y el bajo clero mas ligado al pueblo.
Además la iglesia poseía importantes señoríos en posesión de los obispos y abades que estaban mas interesados por cuestiones mundanas que por sus obligaciones religiosas: los cargos eclesiásticos eran comprados y vendidos, la vida de los clérigos era ostentosa y los bienes materiales cobraban mayor importancia que la espiritualidad.


En el tercer rango de la escala social estaban los campesinos que Alfonso X definió en sus “partidas” como “los que labran la tierra e facen el ella aquellas cosas porque los omes han de bevir e de mantenerse”.
Estos dependen en su mayoría del trabajo en tierras ajenas situadas en los señoríos, aunque también había algunos afortunados que obtenían el beneficio directamente de su cosecha.
De todas formas los campesinos Vivian una situación de penuria constante, debido a la presión que ejercían el resto de estamentos sobre ellos, lo que provoca tensiones que acaban en revueltas como la de los hermandinos en Galicia en la que los campesinos se revelaron frente a los abusos señoriales o la de los payeses de remensa en Cataluña que se rebelaron contra los “malos usos” impuestos por los señores a los que servían.

A los tres estamentos hay que añadir la burguesía, que surge en el siglo XII en las ciudades denominadas Burgos. En la práctica estaban apartados del sistema feudal porque no eran ni señores feudales, ni campesinos, ni eclesiásticos, sino comerciantes.

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