En el siglo XVII Espaňa sufriò una reducciòn muy grave de la poblaciòn, que pasò de 8 millones de habitantes en 1600 a 7 miliones en 1700. Fueron varias las causas de la disminuciòn demográfica: la migraciòn al nuevo continente, las pérdidas poblacinales ocasionadas por las guerras, la expulsiòn de los moriscos y las epidemias que asolaron el país.
La agricultura sufriò una grave recesiòn como resultado de la despoblaciòn rural, mientras aumentaban los impuestos sobre los campesinos. Muchos de ellos tuvieron que abandonar el campo para irse a vivir en las ciudades como mendigos. También se redujo el número de cabezas de ganado, debido a la sequedad de pastos y las diversas guerras peninsulares. La industria y el comercio padecieron una profunda recesiòn, lo que se debía a la competencia de rpoductos extranjeros y al escaso poder adquisitivo de una poblaciòn española cada vez más empobrecida. Por otro lado, la demanda de productos agrariaos y manufacturados por parte de las colonias americanas disminuyò, dado que esos territorioa ya conseguían una autosuficiencia con sus propios productos.
Se agotaron muchas minas americanas. Como consecuencia de ello, la disminuciòn de metales preciosos recibidos en la metròpoli agravò la situaciòn de las finanzas públicas, que ya estaban muy debilitadas por los gastos de la corte y las constantes guerras. Ni el aumento los impuestos ni las constantes devaluciones de la moneda pudieron salvar a la Hacienda Real, que entrò en bancarrota varias veces.
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