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lunes, 19 de diciembre de 2011

Los caminos reales españoles en los siglos XVI - XVII



LOS CAMINOS REALES ESPAÑOLES EN LOS SIGLOS XVI-XVII


Mapa Villuga
Se conocen los caminos que existían en estos siglos debido a los “Repertorios de Caminos” o guías del viajero. El más importante es el “Repertorio de todos los Caminos en el que hallarán cualquier viaje que quieran andar muy provechoso para todos los caminantes” cuyo autor es Pero Juan de Villuga. Esta guía se publicó en Medina del Campo, en 1546, contenía un total de ciento treinta y nueve itinerarios que equivalían a alrededor de 18.000 Km. Estos caminos recuerdan en numerosas ocasionas a las calzadas romanas ya que coinciden en su trazado.

Es notable la mayor densidad de caminos que existe  en el centro de España ser debido a su mayor expansión económica y demográfica así como la nueva red de caminos en el País Vasco, zona que fue escasamente colonizada por los romanos

También es importante señalar que, con el paso del tiempo, las comunicaciones de los puertos mediterráneos con el interior, abandonan el recorrido costero debido posiblemente, al peligro de sufrir ataques por parte de los piratas que asediaban las costas españolas.  

En ninguno de los “Repertorios”, se detallan las características técnicas de los caminos, por lo que hay que acudir a las relaciones de viajes para tener una idea de cómo eran; no estaban pavimentados, y en ocasiones ni siquiera tenían un trazado fijo estando en la mayoría de los casos abiertos sobre el terreno natural .Eran caminos que, en tiempos de lluvia y nieve, se volvían muy dificultosos, sobre los que el tráfico, tanto de personas como de mercancías solo podía generalmente hacerse a caballo.

Camino Real en el Valle de Mena
 Aunque en la época de los Austrias se construyeron numerosos puentes eran insuficientes, y en la mayoría de los casos el paso de los ríos había de hacerse sobre vados, lo que dificultaba mucho más los viajes, haciéndolos peligrosos en las épocas de crecidas.

La construcción de tramos de calzadas nuevas, como la reparación de éstas, correspondían a los municipios por los que pasaban, y sólo en el caso de obras de gran envergadura podían convertirse en responsabilidad del Consejo Real. Esta institución, se encargaba en este caso de la autorización, así como de administrar las contribuciones especiales para sufragar las obras, que incidían sobre los municipios afectados.

En 1610 el portugués Juan Bautista Labaña, recibió el encargo por parte de la Corona de cartografiar la Península Ibérica en su obra “Itinerario del Reino de Aragón”.

Fuentes:

www.ingenierosdelrey.com/articulos/caminos/caminos_reales.htm
http://elnuevomiliario.eu/page5.php



1 comentario:

  1. Una vez más, Nadia nos deja un comentario enormemente interesante. Vendrá bien para la preparación de una de las preguntas del examen.

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